«La literatura es juego o no es nada», me dijo hace poco un editor. Y en Los extraños casos Vivancos pasa todos los niveles del juego y gana la partida. Este no es un libro más sobre Sherlock Holmes. Es un homenaje a los grandes detectives de la literatura abordado desde el humor y la audacia literaria. Se trata de sesenta y cinco casos (extraños casos) en los que coexisten los juegos de palabras, la metaliteratura, el sarcasmo, la intrepidez y el humor. Humor de todos los colores. El negro, en concreto, el autor lo domina.
Holmes, Watson, la señora Hudson, Moriarty, también Poirot, Dupin… Y es que Vivancos se mueve como pez en el agua en el género al cual le debe su inspiración, y se permite experimentar con él y divertirse —¡divertirse mucho!—, llegando incluso a convertirse a sí mismo en personaje. A sentarse en una mesa, frente a frente, con la criatura de Conan Doyle. A reírse de todas las miserias de nuestra sociedad utilizando el esquema clásico del relato detectivesco, pero deconstruyéndolo y jugando con él a su antojo.
Con estos pequeños textos —o textículos, como prefiere llamarlos nuestro desvergonzado Sherlock—, que van precedidos de un prologazo de Arantza Portabales y acompañados por ilustraciones de Sergi Cambrills, «La risa floja» alcanza su decimoquinto título. Una colección con la que el sello asturiano Pez de Plata se impone ya como un referente en la literatura de humor a nivel estatal.